Tu piel: Cap. 6

Capítulo 6

Se abren las puertas del ascensor, sigo mirando la nota, dentro hay una llave y una dirección atada con una cordel pero ¿Qué coño es esto? Antes de que se cierren las puertas, salgo del ascensor y busco en el bolso las llaves de casa. Voy desconcertada. 
Entro en mi casa, sé que es el momento de espabilar me he quedado desubicada. 
 Releo la nota...

<< Creo que es el momento de decirte todo... ven cuando quieras, te estaré esperando.>>

Me esta esperando, pero... 
Voy para la ducha corriendo, me cambio de ropa y no dejo de darle vueltas a la nota. 
Busco en el armario las medias de negras de encaje y el vestido negro. Voy a ir ante todo presentable. Me pongo los tacones y cambio el bolso, llaves, monedero, móvil y super importante el sobre...
Antes de bajar llamo a un uber, cuando me subo en el ascensor de nuevo para ir al sitio, saco de nuevo el sobre. Le doy otra vez la vuelta esperando algo más...

Cuando noto que he llegado, salgo del ascensor, lo guardo en el bolso, y al abrir las puertas puedo ver al uber fuera esperándome. 
Me subo y sin decir nada, salimos hacia la dirección.
Miro por la ventana, no se que puede estar pasando. 

Llegamos al lugar, es un bloque de apartamentos.

Me bajo, pego en el portero y sale un hombre.

-Señorita, le estaba esperando, deje que tome su abrigo si lo prefiere. - me dice con una sonrisa dulce.
- Muchas gracias - le digo con una sonrisa
- No se preocupe señorita, es en la planta diez.

Vuelve a su mesa con su ordenador, para poder colocar el abrigo en un armario detrás de él. 

Llamo al ascensor, que llega realmente rápido y me subo en él. Me giro sobre mis talones, y veo como el hombre me mira con una sonrisa mientras las puertas de cristal se cierran y empieza a desaparecer entre todas las masas de hormigón, piso tras piso, mi espalda siente un escalofrió. 

Al llegar a la planta veo que solo hay una puerta en todo el pasillo. 

Tengo esa sensación de incertidumbre con deseo, que no me deja pensar y solo quiero llegar a la puerta para poder entrar.

Estoy enfrente de la puerta esperando a tocar pero me doy cuenta que no soy capaz. Apoyo la cabeza en la puerta, mis nervios no paran de subir y bajar por todo mi cuerpo. No me doy cuenta que abren la puerta hasta que me encuentro en su brazo izquierdo sujetando mi cuerpo en el aire. 

- ¿Te encuentras bien?- me dice mientras me incorpora de nuevo.
- Si, gracias por cogerme ¿Cómo sabias que estaba en la puerta?
-Me aviso el portero, y golpeaste la puerta ¿no?- le mire y por un segundo, me acorde haber apoyado la cabeza
-Si, se podría decir que si

Le miró, se nota que acaba de llegar de algún sitio. La chaqueta del traje esta encima del sofá de tres piezas. Mientras que camina hacia la cocina para sacar otra copa de vino y llenarla. La deja encima de la isla de mármol  negro. Se apoya con la cadera mientras me mira de abajo hacia arriba, para terminar con una sonrisa pícara y morder su labio inferior.

-¿Te ha resultado fácil llegar?- me pregunta.
-Sí, el uber me ha dejado en la misma puerta sin problemas y un hombre mayor me ha abierto- le digo con un sonrisa dulce.

Se muerde el labio, tiene deseo y se le nota en la mirada. Me pone esa cara seria que pone, sus ojos color avellana se intensifican , mientras sus pupilas se dilatan. El vestido.

Suelta la copa en la encimera de enfrente, da otro paso y se acerca a mí, sujetándome por la cintura. Su respiración se pone mas tensa. Con la manos derecha acaricia mi costado izquierdo, y su mano izquierda me pega a su cuerpo. Solo nos separa mi vestido y su camisa remetida por el pantalón. 

-¿Te puedo besar?-me pregunta con la voz entrecortada

¿Por que me ha preguntado? 

Las ganas de besarlo me pueden. Acabo por coger su cabeza entre mis manos, para acercarla a mi y besarla con la intensidad que mi cuerpo me reclama. Las dos manos suyas me aprietan contra él. 

Con todas sus fuerzas me levanta y me sube encima de la encimera para quedar al mismo nivel.  Nos besamos como si fuera la primera vez. Mi cuerpo lo reclama y el suyo a mí. La piel se nos eriza. Le saco la camisa dejando su torso desnudo, lleva un encaje blanco por sujetador con su colgante de metal, la dejo caer al suelo. Ella me saca el tanga negro y lo deja caer al suelo. Al notar mi humedad, me mira con una cara de deseo que antes no había visto. 
La tensión,  se puede cortar con tijeras de maderas y se nota bastante las ganas que tenemos. Sus manos recorren mis muslos, dandome caricias suaves y delicadas, mientras vuelve a entrar entre mis piernas. 
Su dedo mas largo entra dentro de mi haciendo que de un grito con forma de orgasmo. Sus ojos se intensifican dandoles un color mas oscuros de lo que ya son. Eso me quiere decir que esta desatando a la bestia que lleva dentro. No para de entrar y salir de mi, haciendo que empiece a humedecerme mas y mas cada vez, nos besamos, no miramos, nos abrazamos y nos amamos. Cuando me saca el primer orgasmo estoy tumbada sobre la encimera con la espalda curvada y su cabeza sobre mi abdomen, ella con la respiracion agitada al igual que yo.

-¿Nos cambiamos a otra superficie mas plana...?-me pregunta aun encima mia.
-si, por favor, no solo vas a disfrutar tu...- le digo aun tumbada.

Se levanta y me mira, ahi tumbada, observandome, relamiendose los labios...

-Esperate a que lleguemos a la...- no me deja terminar.

Se mete entre mis piernas, para saborear su esfuerzo, tras varios lamidas, mete su lengua dentro de mi y juega con mi clítoris deseoso de notarlo. Vuelve hacer que me corra pero esta vez en su boca, y con las mismas, le empujo su cabeza dentro mi. 
Cuando la saca me mira con cara pervertida y limpiandose la boca...

- Ahora si nos podemos ir...

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