Tu Piel: Cap. 3

Capítulo 3

Nos quedamos un poco más en el balcón, le pongo mis manos por debajo del mentón y se levanta. Le beso, agarrando su cara y se sujeta a mis caderas.

Apoyados en la baranda del balcón, me besa tan intensamente que no quiero que se acabe la noche. Me sube en la baranda, lo que provoca que me agarre de cuello y mire abajo.

-No te vas a caer- me dice con esa mirada lasciva, que se Le pone cuando está apunto de hacerme gozar.

Lo miro con cara de sorpresa, y no vuelvo a mirar abajo, le abro un poco el pantalón. Se ha puesto muy cachondo, tanto o más que yo. Me coge en brazos subiendome encima de él, provocando todo mi gozo. Me vuelvo a subir sin salir de mi, y me vuelve dejar caer. No me deja respirar cuando me besa, soy toda suya, y él lo sabe. Nos tumbamos en la cama provocando una embestida que me deja sin respiración, dándome tanto placer que provoca que lo gire y acabe encima de él. Moviendo mis caderas y hacer que se Le vuelvan los ojos. Esta vez se me va a mi la cabeza. Se me nubla los ojos. No entiendo que me pasa. Solo quiero tener más placer...

Amanece de nuevo en ésta magnífica ciudad, tan alborotada como siempre. Me estirazo entre almohadas y cojines. Y veo algo inusual en la habitación, específicamente en el sillón su ropa ¿está aquí?

Me levanto de la cama para acercarme al sofá. Sí, es su ropa confirmado. Giro sobre mí para buscar mi ropa y no la encuentro. Entro en el baño y tampoco. Miro en el armario, hay más ropa de él, y de mujer con etiquetas y con una nota.

"Pontela, vengo enseguida."

La leo varias veces, para ver que debajo de ella había ropa interior.
No entiendo nada. Nuestras noches son fugaces, algo de una sola noche. La saco colocándola encima de la cama para verla mejor. Son unos vaqueros claros rotos, con un jersey rojo y unas playeras blancas, la ropa interior es más sencilla y delicada, se Le nota en el tacto. Miro al baño con la postura de jarra. No lo dudo más y cojo todo para meterme dentro y empezar a arreglarme.

-Se está equivocando, son cosas de una noche - me digo a mi misma- es eso que se ha liado al escribir.

Me doy una ducha rápida. Me pongo la ropa en el baño. No quiero cruzarme lo. Cuando salgo no está su ropa en el sillón, miro en el armario y la veo ahí, no quiero girarme pero lo hago igualmente. Esta ahí, en el balcón fumandose un cigarro, parece enfadado, enojado. No puedo resistirme con la camisa abierta y con la luz entrando por el balcón parece un dios griego. Me acerco a él  por detrás abrazándolo. Gira la cabeza y me mira con una sonrisa, le ha cambiado la cara totalmente.

-¿Que tal has dormido?
-Mejor si fueras estado. - no me creía lo que acababa de decir, me transmitía tanta paz estar a su lado.
-Me alegro que hayas descansado. - me dice con una sonrisa- veo que has encontrado la ropa y te has duchado, bien, ahora me duchare yo - me dice girando sobre sí para irse al baño.
-Genial, yo ya me voy- Le digo - nos vemos la próxima vez - Le digo mientras entro para la habitación

Se queda mirandome con cara de sorprendido, sin saber que hacer si entrar o volverse hacia mí. Se decide por lo último con paso firme sin vacilar, sin pensárselo dos veces. Me sujeta la cara y besa mis labios como si fuera una droga que no puede dejar. Se quita la camisa y hace lo mismo con mi jersey. No podemos parar, me tira a la cama y me quita los vaqueros, se quita los suyos para comenzar nuestro ritual de sexo desfrenado...

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