Relato corto 5

Tumbada en mi cama, con la música de la radio a todo volumen, me dan igual los vecinos, me da igual todo. Acabo de llegar de trabajo y lo primero que he echo es ducharme y vestirme solamente con la ropa interior. No voy a salir, estoy cansada, hoy me han gastado toda la energía. El móvil no ha parado de recibir guasap y ni si quiera los he mirado.

Me encanta estar así. Descansando sintiendo el aire que entre por la ventana en mi lado derecho. Me encanta estar así de relajada, sin nadie, solo la voz de Chenoa "el amor nunca sobra, oh no, el amor nuca sobra..." cojo el mando del equipo de música y subo más el volumen. Hago play back desde mi cama, poniendo caras al decir cada palabra. Se escucha un ruido fuerte como el abrir una puerta pero la mía esta cerrada, "serán los vecinos". Vuelvo a lo mio a poner caras pero vuelvo a escuchar un chasqueo de llaves. Estoy más atenta y lo confirmo es mi puerta ¿Quién es? nadie tiene la llave de mi casa, excepto... pero como va a ser. Me levanto de un respingo de la cama. Cruzo el umbral de la habitación. Miro con los ojos abiertos, sorprendida por la persona que está ahí en mitad del pasillo, con una capucha que se quita lentamente al verme delante suya.

Da pasos seguros hacia mi, solamente soy capaz de dar unos pasos hacia atrás. Estoy paralizada ante esa figura que se acerca a mí. Sujeta mi cara entre mis manos y solo con sus ojos,que tienen un toque pícaro, me dice te necesito.

Me quedo quieta ante su declaracion ¿que esta haciendo aqui? ¿por que ha vuelto? ¿que hace aqui? Me colapso. Hace meses que no la veía y ahora ha vuelto. Ve mi cara de sorpresa por lo que empieza hablar.

-Cielo, sé que es un poco sorpresa pero tenia que volver, te tenia que contar el porque de mi salida aquella noche, yo...
-¿Por que has vuelto?
-Cielo, yo te amo. En estos meses me he dado cuenta de lo que es mi vida sin ti... Necesito tenerte en mi vida.
-Ya es tarde, ya no quiero nada de ti -digo con lagrimas en los ojos.

Se acerca más a mí , sujeta mi cara con sus manos y me besa. Es el beso mas sincero que nunca antes nos habíamos dado. Me pega contra la pared, sujeta mis manos por encima de la cabeza y me sigue besando. No podemos parar. Me deshago de su manos para quitarle la sudadera y la camiseta de manga corte. Es tan bella toda ella. Unimos nuestras frentes para vernos los ojos y sonreír, la echaba de menos, y era tan obvio que asustaba. Me besa el cuello, ese punto que tanto Le pone porque sabe que se me nubla los ojos y pierdo el control de mis actos. Zas. Hago un giro quedando ella en la pared. Le desabrocho el pantalón, mis pupilas dilatadas hasta el punto de no verse el verde de mis ojos. Solo veo como sonríe, me conoce y sus ojos les pasa igual. Es el momento de redescubrirnos y entender que es lo que tanto nos ansias. Mis manos entran en sus pantalones buscando la calidez de la que tantas ganas tenía, gimo del placer de notarla, ella hace lo mismo al sentir mis manos jugar con su clítoris. No sabemos parar y empezamos ahí, besos y más desnudos. De la pared pasamos al sofá. Del sofá a la cama. De la cama a la ducha porque teníamos en que parar pero no podíamos...

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